Podríamos decir que es un viaje al territorio del subconsciente femenino en una onírica versión
que explicaría ciertas reacciones femeninas ante la presencia de desconocidos (por ejemplo el vecino de la casa de al lado) que saluda afablemente al cruzarse en el camino.
Por lo tanto no es lo que parece, como ilustración a ese síndrome de la niña apercibida por su madre que la dice "todos los hombres quieren lo mismo". En mi pueblo, antiguamente, cuando un mozo se acercaba a una moza, ésta le daba un sarmentazo y gritaba:¡vete de aquí asqueroso! entonces él se volvía hacia sus amigos y exclamaba ¡ÉSTA ME QUIERE!
Dos motoristas huyendo de una acción reprobable. |
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